He querido trasladar a este grupo mi inquietud para compartir, con todas y todos, una reflexión grupal sobre la necesidad de estar vigilantes acerca de nuestros propios prejuicios de género y cómo éstos se reflejan en nuestra labor docente. No es una teoría. Es una realidad. ¿Qué espero de cada niño y niña?, ¿y de cada adulto y adulta en formación para el empleo? ¿Soy consciente de que tengo un rol activo si detecto alguna situación de riesgo?
Muchas
cosas están cambiando, pero hay situaciones normalizadas que hablan por sí
solas. El 75% del patio de recreo en los institutos está altamente
“masculinizado”. Hemos dividido la clase con una línea imaginaria para
demostrar la diferencia obvia con ese 25% restante en el que las niñas tienen
que convivir diariamente. Es fundamental
hablar de los espacios donde transmitimos y se comparten valores, actitudes,
expectativas y comportamientos, donde las niñas interiorizan la “no pertenencia”, a
las que se les hace sentir que invaden el espacio, muchas veces con una
comunicación de desprecio o descalificativos, donde se las excluye de un
espacio físico que debería de ser de todos y todas. Se naturaliza el
hostigamiento. (envío al grupo conclusiones del estudio "Violencia de Género y cotidianidad escolar" del Instituto Andaluz de la Mujer).
Todas
estas vivencias interiorizadas ¿qué aprendizaje creemos que lleva implícito?, ¿cómo nos construyen desde la infancia para ser los hombres y las mujeres que
somos ahora?
Hemos
introducido el concepto de “Currículum oculto de género”, ampliamente estudiado
y demostrado. El valor de conocerlo radica en hacernos conscientes de esos
estereotipos interiorizados de manera inconsciente en los maestros y las maestras.
El siguiente paso será buscar soluciones como docentes.
La
figura del Relator Especial de Naciones Unidas ha aparecido en la coordinación
al hablar de algunos problemas y estereotipos respecto a cuestiones de género
en la escuela, identificados a nivel mundial y que tanto nos han “chocado”. La
información la he obtenido del último curso que he realizado, hace apenas unos
días, de “Educación para la Igualdad”, del Instituto Nacional de Tecnología
Educativa y de Formación del Profesorado. (envío al grupo parte de de dicho texto).
A
día de hoy parece difícil entender las excusas, las teorías simplistas que
hablan de una falsa libertad entendida por quienes no han vivido situaciones en
este sentido. Es hablar de empatía sin empatizar realmente. A veces es
incomprensible poner en duda investigaciones serias de Universidades, de
relatores de Naciones Unidas a nivel mundial...Cerrar los ojos a la evidencia
puede parecernos inverosímil. Pero toda conducta tiene una causa y todo
pensamiento también. Yo quisiera aprender, nutrirme de todas las aportaciones
para el cambio y formar parte de ello. Nadie dijo que fuese fácil.
Lidia Padial
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